La terminal obtiene la certificación I-REC por segundo año consecutivo
Comprometida con la reducción de la huella de carbono de sus operaciones logísticas y portuarias, TCP, empresa que gestiona la Terminal de Contenedores de Paranaguá, ha recibido por segundo año consecutivo la certificación I-REC (International Renewable Energy Certificate), que reconoce que toda la electricidad utilizada en las instalaciones de la Terminal ha sido generada por fuentes renovables.
El último certificado I-REC emitido a la TCP se refiere al consumo de todo el año 2023 y confirma la compensación de 80.264 MWh, volumen generado exclusivamente por centrales hidroeléctricas. «Esencial para conectar el comercio mundial, el sector logístico portuario desempeña un papel esencial en la transición hacia una economía más verde, y la Terminal reconoce su papel en este escenario, estableciendo objetivos cada vez más ambiciosos en esta dirección. Por eso, desde 2022, tenemos el compromiso contractual de adquirir electricidad generada exclusivamente por fuentes renovables en los próximos años», afirma Rafael Stein, director institucional y jurídico de TCP.
La medida forma parte del plan estratégico de inversiones de medio y largo plazo de TCP, que tiene como objetivo combinar siempre el aumento de la productividad de la Terminal de Contenedores de Paranaguá con iniciativas sostenibles en las operaciones portuarias. Un ejemplo es el aumento del 45% en el número de tapones en el área de frigoríficos, de 3.624 a 5.268 tapones, posicionando a TCP como el mayor patio de almacenamiento de contenedores refrigerados de América del Sur.
«Los enchufes del patio frigorífico son responsables por gran parte del consumo de energía de la Terminal. Como preveíamos una expansión en el número de enchufes y, en consecuencia, en la demanda de electricidad, nuestra estrategia de adquirir energía limpia antes de que se completara el proyecto significó que la huella de carbono de las operaciones portuarias se mantuvo estable, mientras que nuestras exportaciones de contenedores refrigerados aumentaron», dice el gerente de salud, seguridad y medio ambiente de TCP, Kayo Zaiats.
Además de comprar energía verde, TCP ha adoptado otras medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como la conversión de dos grúas pórtico sobre neumáticos (RTG) de gasóleo a electricidad, y la compra de un nuevo autobús eléctrico para transportar a sus empleados por los 480.000 metros cuadrados de la Terminal de Contenedores de Paranaguá.
«Mientras observamos un crecimiento exponencial de la productividad de la TCP año tras año, la huella de carbono de nuestras operaciones va en sentido contrario, y esto repercute positivamente en toda la cadena logística de exportadores e importadores que mueven carga a través de la Terminal», subraya Zaiats.
Energía limpia para mover el comercio exterior
En 2024, la TCP fue una de las primeras terminales brasileñas en operar en sus muelles buques portacontenedores propulsados por gas natural licuado (GNL). Zaiats explica que «estos buques reducen hasta un 28% las emisiones de gases de efecto invernadero en sus travesías, ya que el GNL sustituye al combustible más utilizado en los buques, llamado búnker, cuya combustión emite una cantidad considerable de óxidos de azufre a la atmósfera».
También para contribuir a la reducción de gases de efecto invernadero en las operaciones portuarias, en agosto de 2023 TCP completó un proyecto piloto para electrificar dos de sus grúas RTG, utilizadas para mover contenedores en el ferrocarril que accede al patio de la terminal. Con la conversión, las emisiones de CO2 en las operaciones de cada equipo, que pesa más de 100 toneladas, se redujeron en un 97%, mientras que los costes de mantenimiento disminuyeron aproximadamente un 90%.
En el mismo mes, la flota de autobuses de la terminal recibió su primer vehículo 100% eléctrico, que garantiza cero emisiones en el transporte de los empleados en el patio de 480.000 metros cuadrados de la terminal, proporcionando una ganancia de sostenibilidad en la operación, además de mayor seguridad y confort para los empleados. Completamente silencioso, el modelo D9W 20.410, de la marca china BYD, ofrece una autonomía de 250 kilómetros por carga, además de contar con un sistema de frenado regenerativo, que ayuda a cargar la batería siempre que se produce una frenada.
«Todas estas iniciativas posicionan a TCP como un referente en operaciones portuarias sostenibles, ya que actuamos como un eje central en la cadena logística para los exportadores e importadores que buscan reducir su huella de carbono al transportar su carga a través de Paranaguá», concluye Zaiats.