Institucional

Proyecto fue concluido en marzo y permitió regularizar la extracción de madera de caxeta, utilizada en la fabricación de instrumentos musicales; 3 artesanos ya recibieron los permisos.

Este jueves (30), se celebró el cierre del Proyecto de Manejo de Caxeta, desarrollado por la Terminal de Contenedores de Paranaguá (TCP) para regularizar la extracción de la madera base para instrumentos musicales de fandango. El evento tuvo lugar en Paranaguá y contó con la presencia de representantes del Instituto Água e Terra (IAT), TCP y Selo Verde; miembros de grupos de fandango y de la comunidad parnanguara de São Miguel.

Iniciado en junio de 2022, el proyecto reunió al IAT, habitantes de la aldea de São Miguel, grupos de fandango y técnicos de Selo Verde (empresa de consultoría ambiental contratada por el TCP). Según el gerente institucional de TCP, Allan Chiang, «se trata de una antigua reivindicación de los fandango caiçara que la terminal se enorgullece de haber iniciado el debate, ya que regular la extracción de madera ayuda a preservar las tradiciones locales. Y este es el principal objetivo socioambiental de la empresa: continuar apoyando la cultura parnanguara y estimulando el desarrollo de la región, siempre respetando el medio ambiente».

Según los maestros de fandangue, la fabricación de instrumentos con madera de caxeta es esencial para enseñar a los jóvenes caiçaras a tocar y construir los objetos, manteniendo viva esta costumbre. Según el constructor y músico Aorelio Domingues, «después de muchas luchas y debates, conseguimos una ordenanza que despenaliza nuestra artesanía. La participación del TCP fue muy importante para facilitar el cumplimiento de este acuerdo».

La publicación de la Ordenanza IAT nº 466, del 20 de diciembre de 2022, garantiza a los constructores de instrumentos (llamados luthiers) el derecho a solicitar una Dispensa de Licencia Ambiental Estatal (DLAE). El documento permite la extracción de caxeta en la zona de São Miguel de forma legalmente correcta, manteniendo así viva la tradición del fandango en el litoral paranaense. Entre los instrumentos construidos con madera de caxeta están la viola caiçara, el machete, el rabelo y la rabeca.

Con la nueva reglamentación, la fiscalización del órgano ambiental puede hacerse de forma más eficaz y controlada, garantizando el mantenimiento de la especie en la región, ya que sólo los constructores pueden solicitar el DLAE. Además, los artesanos necesitan probar el vínculo con los grupos de fandango y la comunidad, además de probar que fabrican los instrumentos. En el acto de clausura del proyecto se entregaron 3 autorizaciones, una de ellas al artesano Aorelio Domingues.

Caxeta y Fandango, una tradición caiçara

Considerado por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN) como Patrimonio Cultural Inmaterial desde 2012, el Fandango Caiçara es una expresión musical-coreográfica-poética y festiva que va desde el litoral sur de Río de Janeiro hasta el litoral de Paraná.

Según Aorélio, «los caiçaras están en este territorio desde hace más de 500 años. Desarrollamos nuestra cultura a partir de la cultura indígena, por eso preservamos la selva atlántica y practicamos una economía de gestión sostenible».

Según Allan Chiang, TCP también apoya la gestión sostenible y la preservación del fandango caiçara en varios frentes. «La empresa patrocinó el Festival Nacional de Fandango de Caiçara de Paranaguá en las ediciones de 2019 y 2022; además de la reforma de tres espacios destinados a los ensayos y presentaciones de los grupos. También se donaron trajes, equipos de sonido, instrumentos musicales y tablas de madera. Todo en favor del fomento de proyectos locales», explica Chiang.

TCP también apoyó el programa de radio «No Vanzeiro do Fandango» y está llevando a cabo la producción de CDs de Fandango Caiçara, un proyecto 100% financiado por la terminal a través de la Ley de Incentivo Cultural.

Mayara Locatelli