Logística

La empresa apuesta por el transporte en contenedores y por ferrocarril para enviar su producción de pasta de papel, cartón y envases de cartón

Única productora de tres tipos de celulosa en el país, mayor fabricante de cajas de cartón corrugado y principal proveedora de papel para embalajes, Klabin está consolidando un megacomplejo logístico en el Puerto de Paranaguá (PR), que hasta 2023 tendrá una capacidad de 3 millones de toneladas por año.

Después de iniciar la mayor operación privada de contenedores no refrigerados en el país, en 2021, la empresa tiene previsto inaugurar una nueva terminal para enero del próximo año, según Roberto Bisogni, director de Planificación Operativa y Logística de la empresa. El contrato de arrendamiento, ganado en 2019 en una subasta del gobierno federal, debe añadir una capacidad adicional de 1,25 millones de toneladas al año.La nueva terminal se suma a una gran estructura logística en Paranaguá en la que la empresa ha estado invirtiendo en los últimos años.

La empresa ya contaba, desde 2016, con una primera terminal privada, situada a 5 km del puerto. La principal expansión se realizó el año pasado, con la inauguración del llamado proyecto KBT, que recibió una inversión de R$ 300 millones. Además de la construcción de una nueva terminal, se estructuró una operación en asociación con TCP (Terminal de Contenedores de Paranaguá) y Brado Logística (Rumo’s), para conectar por ferrocarril la unidad de Puma, en Ortigueira (PR), con Paranaguá.

Esta inversión ya se ha reflejado en el movimiento de carga en Paraná. De enero a julio, las exportaciones de papel y pasta de papel del Estado aumentaron un 21% en el año

julio, hasta superar el millón de toneladas, según los datos de Secex.

En el primer año de funcionamiento, el proyecto KBT manipuló algo más de 16.000 contenedores para la exportación, aumentando en un 40% el transporte de carga por ferrocarril en Paraná, según datos de la empresa. Con la entrada en funcionamiento de la primera máquina del proyecto Puma II este año, en diciembre se habrán exportado unos 20.000 contenedores.

«KBT forma parte de una megainversión para conectar las unidades de Telêmaco Borba [Monte Alegre] y Ortigueira al puerto de Paranaguá. La inversión en el modo ferroviario tuvo en cuenta los costes, el atractivo sostenible y la estrategia de no sobrecargar la infraestructura de carreteras en la región», dice el ejecutivo.

La capacidad actual de la terminal, de 5 mil contenedores al mes, ya es suficiente para hacer frente a la ampliación prevista para la unidad Puma II en 2023, cuando entre en funcionamiento una nueva máquina de tarjetas. Y, aunque se aprueben nuevas ampliaciones en el futuro, KBT podrá absorber aumentos adicionales de volumen, afirma.

Con inversiones de R$ 12,9 mil millones hasta 2023, el proyecto Puma II incluye dos máquinas de papel integradas a la producción de celulosa y corresponde al mayor desembolso jamás realizado por Klabin. La MP 27, que entró en funcionamiento hace poco más de un año, produce Eukaliner, el primer kraftliner del mundo obtenido exclusivamente a partir de pulpa de eucalipto. La MP 28, que empieza a funcionar en 2023, producirá cartón para envases y nace con vocación de exportación.

Para TCP, controlada por China Merchants Port, Klabin representa actualmente el 4,7% de las exportaciones de la terminal. En 2023, con la entrada en funcionamiento de la segunda máquina de Puma II, la cuota debería aumentar al 7,1%. «Para tener una idea de la magnitud de KBT, Paranaguá debe superar al Puerto de Santos en volumen de carga que llega por ferrocarril a partir de este nuevo proyecto», dice Mateus Campagnaro, gerente de marketing y logística TCP.

La nueva terminal alquilada por Klabin en Paranaguá, que entra en funcionamiento en breve, se utilizará para el manejo de cargas sueltas, principalmente de la primera fase del proyecto Puma. Además, servirá como alternativa de salida para Puma II. La terminal también tendrá conexión ferroviaria.

«En los últimos años, debido a los cuellos de botella logísticos y a la falta de contenedores, el grupo ha desarrollado alternativas de envío. Retomamos prácticas del pasado, como los envíos de bobinas de papel y bobinas de pelusa, que no eran cargas originalmente diseñadas para el breakbulk [carga fraccionada]», dice Bisogni.

El ejecutivo afirma que el caos logístico provocado por la pandemia ya empieza a mostrar signos de alivio y que la tendencia es de mejora gradual.

«Empezamos a ver señales positivas, como la menor dificultad para conseguir reservas para la exportación y la reducción de los precios de los fletes en el mercado spot [a corto plazo], aunque Klabin tiene contratos con armadores. Pero es un proceso mucho más lento que en el momento del aumento. No necesariamente volveremos al nivel anterior, pero hay una mejora», dice.

Consulte el informe en el sitio de Valor.

Thaisa Tanaka