El plan de contingencia de la terminal reúne sistemas de protección, entrenamiento de equipos y simulacros.
Poseedora del título de mayor corredor de exportación de carne de pollo congelada del mundo, la empresa que administra la Terminal de Contenedores de Paranaguá (TCP) completó 25 años de operaciones batiendo récords de productividad año tras año. Para tener una idea de las operaciones de la terminal, sólo en 2022 más de 1,1 millones de TEUs (unidad equivalente a un contenedor de 20 pies) fueron manipulados en TCP.
Todo este volumen de carga requiere la construcción de un Plan de Emergencia Interno para actuar en caso de accidentes con cargas peligrosas o con eventuales intercurrencias que puedan ocurrir en la terminal. Para eso, TCP cuenta con el apoyo del cuerpo de bomberos, que desempeña un papel fundamental, actuando junto con los equipos de seguridad y bomberos de TCP en la respuesta inmediata para enfrentar situaciones de riesgo.
La corporación también participa en simulacros de emergencia con el equipo de la terminal. «Los eventos simulados son una excelente oportunidad para evaluar el desempeño de nuestro equipo de especialistas y de nuestros recursos de seguridad», explica Kayo Zaiats, gerente de salud, seguridad laboral y medio ambiente de TCP.
Un área de la Terminal de Contenedores de Paranaguá que requiere mucha atención es la destinada a las cargas peligrosas, conocidas como cargas IMO. Se almacenan en un área dedicada de 7.056m², siendo 600m² exclusivos para el almacenamiento de líquidos inflamables. Esta área dispone de una reserva contra incendios de 200 mil litros de agua, así como cañones móviles de monitorización para enfriamiento de productos en combustión, además de un sistema con espuma para combatir líquidos combustibles.
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