A lo largo del mes de enero, una serie de eventos y actividades marcaron la implementación del Plan Básico Ambiental del Componente Indígena en las aldeas Mbyas Guaraní involucradas en el proceso, trayendo importantes avances y momentos de celebración para las comunidades.
Uno de los hitos de este mes fue la finalización del cronograma participativo para 2024. Esta herramienta será fundamental para impulsar la implementación del PBACI, permitiendo una planificación más efectiva y participativa de las acciones.
En la aldea de Pindoty, situada en la isla de Cotinga, se contó con la presencia de directivos de TCP, que estrecharon los lazos entre la comunidad y la empresa, además de debatir posibles acciones de colaboración en favor del desarrollo sostenible.
También hubo esfuerzos conjuntos para el mantenimiento de la tierra, momentos en los que la aldea se reúne para cuidar, limpiar y mostrar a los niños formas tradicionales de preservar la tierra. En la aldea de Karaguatá Poty (Sambaqui) comenzaron las clases de informática, que permiten a los miembros de la comunidad acceder a nuevas herramientas y oportunidades en el mundo digital.
También se hizo hincapié en las actividades agrícolas, con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria y valorar las prácticas agrícolas tradicionales. Además, algunos indígenas viajaron a otras aldeas en busca de tratamientos de salud tradicionales, reforzando los lazos culturales y compartiendo conocimientos ancestrales.
En cuanto a las infraestructuras, se entregó un camión de carretera a la aldea de Pindoty, que permite sacar el barco del agua todos los días para garantizar su seguridad.
En el marco del programa de investigación y preservación de los bienes culturales mbya del IPHAN, se ha entablado un diálogo con el Instituto de Investigación y Desarrollo en Política Lingüística (IPOL) y el Museo de Arqueología y Etnología (MAE), que son socios importantes en la ejecución y el seguimiento.
La aldea Kuaray Guatá Porã, situada en Guaraqueçaba, celebró el ritual Nhemongarai, considerado esencial para el bienestar físico y espiritual de las comunidades. Para este evento, buscaron yerba mate en otra aldea de la costa, que tradicionalmente recoge un rezador indígena.
Paralelamente, continuaron las actividades de educación patrimonial, promoviendo la recuperación y valorización de la historia y la cultura de los mbyas guaraníes del litoral del Paraná.